Xana's Id

"El mundo es oscuro, cruel... lo mejor que podemos hacer es adaptarnos para que no nos devore poco a poco".
La personalidad de Xana viene muy marcada por el estilo de vida que tuvo desde que era niña, las personas que la rodeaban y sobre todo el trato que ha tenido desde siempre con su familia, una familia no muy convencional. Entendió en su más tierna infancia que incluso los rostros más afables y bonitos podían esconder aterradoras verdades, y que la sociedad condena a aquellos que no son lo suficientemente fuertes para sobrevivir a sus cánones. Por ello, se ha convertido en una persona muy segura de sí misma, de sus propias capacidades y de sus intenciones de futuro. Lucha por aquello que quiere con uñas y dientes, no hace caso de las críticas e ignora a aquellas personas que considera tóxicas o no gratas en su ya de por sí compleja existencia. Es clara, directa... muchos la considerarían incluso una chica ruda. Se mete en problemas continuamente y recurre con demasiada frecuencia a la agresión física o verbal para salir de cualquier apuro. No sería de extrañar que el día de mañana, terminase entre rejas o malparada por una pelea poco equitativa. No hay mejor defensa que un buen ataque. Ese es su principal lema, su modus vivendi, y no está dispuesta a dejarse pisotear por cualquiera.
"Los amigos no existen, sólo las personas a las que usas hasta que dejan de serte útiles".
Xanandria no es una chica considerada, no socializa y mantener con ella una charla medianamente cordial resulta prácticamente imposible. Es una joven loba solitaria, que parece alejar a los demás por gusto, como si de un deporte se tratase... y desde luego hace podio. Es fría al trato, pero irascible también: resulta sencillo hacerla enfadar, saltar de ira. No tiene autocontención y su lengua viperina no duda en atacar a aquel que considere que la amenaza. Precisamente por esa incapacidad de hacer amigos, se limita a rodearse de personas que pueden aportarle algo, que supongan un bien material en su día a día, y no de meros sentimientos sin fundamento.
"¿Amor? ¿Eso se come?".
Si ya de por sí no es capaz de establecer amistades duraderas, mucho menos va a inmiscuirse en una relación amorosa. Para ella tanto hombres como mujeres son bien recibidos entre sus sábanas. Pasa buenos ratos con ellos, se desfoga... y luego los ignora, los olvida como si nada hubiese pasado. Prefiere ahorrarse ese tipo de dolores de cabeza, de ataduras... seguir siendo libre sin tener que rendirle cuentas a nadie, y mucho menos por algo tan volátil como un supuesto amorío. Vive sin reglas, pero también sin afecto. No echa de menos algo que nunca ha tenido.  

En la vida de toda persona siempre hay un pasado. Un “antes” que quizás queramos olvidar, o que simplemente queremos atesorar como el más bello de los recuerdos. Cada ser tiene su propia historia, y la de Xana comienza en la preciosa y bullente ciudad de Nueva York, con sus rascacielos y sus miles de luces alumbrando incluso la más oscura de las noches. Su madre se llamaba Elizabeth Grace, procedía de una familia bastante pudiente y poseía un futuro muy prometedor como modelo de alta costura. Reconocida como una de las revelaciones de su generación, participó en prestigiosas pasarelas y portó ropa de muy conocidas firmas de ropa, que estaban encantados con el rostro que los representaba en televisiones y portadas de revista. Pero junto con la fama, llegan también otras cosas… Conoció al que más tarde fue su mánager y esposo, Richard, un multimillonario que se especializaba en la industria de las nuevas tecnologías, con empresas a lo largo de todo el globo, pero también como representante de grandes estrellas. Actrices de cine, de teatro e incluso otras modelos pasaron por su repertorio y fueron creciendo en fama y poder. Debido a esto, Eli no dudó ni siquiera un segundo en aceptar cuando le llegó una oferta por parte de él. Empezaron a convivir a menudo, como empresario y clienta. Él la llevaba a fiestas, salones de la fama e incluso alfombras rojas, la convirtió en un éxito. Además, después de tanto tiempo pasado juntos, decidieron que se querían como algo más que colegas de trabajo o amigos… y se sumieron en una relación  algo turbulenta.

Ella era muy sumisa con él, y Richard se comportaba de forma muy celosa en ocasiones, así que las disputas estaban a la orden del día. Siempre se reconciliaban, pero incluso cuando decidieron ir al altar y casarse, muchos eran los que sabían que aquel paraíso del que ellos hablaban no podría durar mucho. A los dos años de haber contraído matrimonio, ella salió embarazada por error, y debido a lo que esto conlleva tuvo que dejar de lado su empleo durante un tiempo, e intentar en la medida de lo posible guardar la buena forma física. Frustrado por la reducción de ingresos en su hogar, Richard empezó a frecuentar bares y discotecas clandestinos, donde hacía apuestas y bebía casi hasta el amanecer. Xanandria nació ahí, acunada por una madre que no le tenía mucho apego y por un padre que había sucumbido al alcoholismo. Fue criada por los empleados del hogar, quienes se ocuparon no únicamente de procurarle sustento y consuelo, sino también de educarla y guiarla durante todo un curso de primaria en el hogar. Su madre la ignoraba pues, tras el embarazo, su cuerpo no había vuelto a ser el mismo y no conseguía buenos trabajos. Su padre tampoco la toleraba, debido quizás a que con un vaso de vodka en la mano cualquier persona se ve hostil. Xana tuvo que aceptar la soledad, el saber que nadie podría quererla nunca y que durante el resto de su vida tendría que superar en solitario cualquier obstáculo que se le pusiese por delante.
Y así habría sido de no haber aparecido su tía, la hermana de su madre, cuando la niña apenas tenía diez años de edad. Conociendo la situación del hogar y la mella que estaba haciendo esta en la menor, terminó pidiendo la patria potestad a los padres de Xanandria, que desde luego no dudaron en firmarle los papeles necesarios para que se la llevase. Para ellos aquella morenita de ojos claros no era una hija, sino la peor de las cargas. Xana tuvo que dejar el que hasta ese momento había sido su hogar y mudarse con su tía, una mujer soltera, muy trabajadora que había amasado una pequeña fortuna con su empleo como abogada. Ella le propició las mejores escuelas, todo tipo de cariño y lujos. Y aunque sabía que esa chiquilla jamás la correspondería del mismo modo, también era consciente de que no dejaba de ser un ser humano atormentado por sus malos padres y la crueldad del destino.
Xana manifestó desde el inicio su interés por bailar, por expresarse con el cuerpo... por cualquier ritmo gimnástico que se le presentase. Así que graduada con buenas notas y con ganas de emprender una nueva aventura, aceptó la oportunidad que su tía le ofrecía de estudiar en Palo Alto, y emprendió un nuevo rumbo. Lo que quizás la mayor no sabía... era que Xanandria ya no era inocente, no era una niña... y tenía muchas intenciones ocultas al entrar a la Universidad de Stanford.

-Elizabeth Grace, su madre.
-Richard Morgenstern, su padre
-Leia Grace, su tía.