Dancing in the Moonlight || Ficha de Oliver S. Arcuri

Oliver es una persona a la que la curiosidad le puede. Quiere saberlo todo sobre todo, sobretodo de cosas relacionadas con la tecnología y, cómo no, de la vida social. Se consideraría a sí mismo una maruja, si ello no conllevara restarse masculinidad. También es muy impaciente y un obsesivo de la puntualidad; suele perdonar que la gente llegue tarde, por eso del rollo de "todo sacrificio tiene recompensa", pero no juegues a sobrepasar su límite si no quieres saber lo que es arrepentirse.

Es una persona algo complicada en cuanto a personalidad, aunque quizás sea más difícil de tratar, pues aunque sea una persona simpática por norma general, puede cambiar rápidamente de parecer, ser imprevisible y espontáneo. Usa la ironía constantemente y dice las cosas sin filtro alguno, pues da por sentado que quien le oiga sabrá que dice las cosas a modo de broma. Cuando eso no ocurre y la gente le dice algo en un mal tono, Oliver le responderá igualmente, siempre intentando conseguir por encima y quien lleva la razón, por lo que puede discutir con la gente con facilidad. Solo quienes le conocen bien sabe cuándo dice algo en serio y cuándo no.

Su mayor defecto es su impulsividad; a veces no puede esperar más y actúa con rapidez o sin pensar bien las cosas, lo que a veces le lleva a errores, o a experiencias increíbles. No le gusta hablar de su vida, y a veces simplemente se inventará alguna historia para mantener contenta la curiosidad de quien pregunta, y así evitar dar detalles reales. No significa que con ello sea un mentiroso compulsivo: solo un mentiroso precavido. Da la información justa que necesita y a él le conviene. La gente que le conoce sabe que es un bromista nato, además de humilde y altruista. Bueno, cuando le conviene y con quien le convenga, tampoco es un samaritano. Hace favores, pero en algún momento en el futuro se encargará de recordarlo para que le hagan favores a cambio. Al igual que suele ser muy rencoroso y no olvida las cosas malas que le hace la gente, esperando el momento adecuado para devolver el golpe. O simplemente liándose a hostias directamente, depende de cómo le pillen.

Le da mucha más importancia a la confianza entre dos personas, que el "amor" en sí, llegando al punto que, como alguien traicione su confianza o abuse de ella, podría encontrarse con malas repercusiones. Es detallista y organizado, piensa bien las cosas cuando no le dan sus brotes de impulsividad, y sobretodo, pese a la imagen descuidada que da de sí mismo, le da mucha importancia a sus estudios, y siempre que está en casa, está preparándose los exámenes o llevando al día los deberes. Por lo normal, suele llevarse mejor con los que son menores que él, porque aunque solo sea un año, surge en él cierto sentido protector.

En el tema del amor, es algo más liberal, comenzando por su rechazo total al uso del látex (si sabéis a lo que me refiero), y terminando con la incapacidad de atarse a nadie. Le podrán gustar en mayor o menor medida las chicas, pero no es partidario de "las relaciones serias", lo que desemboca en el llamado "ir de flor en flor". Si hay suerte con alguien, aprovecha la oportunidad, y si surge con otro alguien, pues también. Eso no significa que aún esté en busca de ese alguien que le haga parar los pies y recapacitarse las cosas.

Oliver es hijo de una familia italoirlandesa con profundas raíces culturales y una tradición que se remontan a siglos atrás criado en un ambiente empobrecido debido a la importante escasez de dinero de sus padres. La principal causa de esto quizás fuera debido a la ludopatía de su madre que, mezclado con el alcohol, ha derivado en muchas visitas al hospital y sus consecuentes operaciones, las cuales eran costosas y hacían peligrar los ahorros de la familia Arcuri. Durante su infancia Oliver tuvo algunos problemas debido a su enfermedad, un leve caso de TDA (quizás heredada de su inestable madre) que le impedía ser un buen estudiante y sus padres le tenían todo el día jugando y haciendo deportes para que quemara energías; si hubiera disfrutado más de la compañía de sus padres (puesto que su familia estaba en Italia), o de más amigos, quizás hubiera tenido una infancia memorable. Pero Oliver lo único que recuerda son las fuertes discusiones entre sus padres, las incontables visitas al hospital, los secretos guardados de su madre cuando le pedía dinero a escondidas de su hucha de cerdito...

En su época de instituto, Oliver alternaba entre la figura de buen estudiante, jugador de fútbol americano y candidato a rey del baile, con su faceta más rebelde, entre las que se cuentan actos tan variopintos como pequeños robos sin importancia y leve adicción a algunas drogas. Se le daba bien cambiar de papel entre una y otra personalidad, como si fuera algo totalmente normal.
Graduado con buenas notas, la alegría de ello se vio emborronado con la ausencia de su madre. No había muerto, simplemente su madre había decidido que esa familia se le quedaba pequeña y, llevándose los ahorros que les quedaban, abandonó a su marido y a su único hijo a su suerte. En un instante, Oliver se vio obligado a tener que llevar adelante a una familia rota con un padre en paro y sin ganas de luchar.

La época en la que robaba volvió, pero ahora por necesidad más que por diversión. Robaba lo que necesitaba y nunca dinero, pues tenía dos bocas que alimentar: la de su padre y la suya propia.
Con el paso del tiempo, su padre llegó a descubrir los trapicheos que su hijo llevaba entre manos, y estalló en discusiones, acusándole de estar convirtiéndose en su madre, despreciándole por conocer que robaba y demás.
A causa de la creciente tensión en casa, y con su padre disfrutando ahora de una pensión del Estado, decidió retomar los estudios con la ayuda de una beca concedida por la Universidad Stanford que le brindaba la oportunidad de empezar una nueva vida alejado de su familia disfuncional.

Vincenzo Arcuri - Padre
Bronta Cromwell - Madre (paradero desconocido)